¿Viaje…
Este nuevo amanecer de un verano eterno, tome fuerzas, me encomendé a Dios y subí a mi alfombra que decía en llamar Mágica.
Empecé mi viaje, entre nube y nube me encontré con mis amigos, reímos, nuestras manos hacían piruetas cual bailarina danza en el salón dorado del mejor teatro.
Toque suavemente cada color del arcoíris, seguí volando, mis cabellos al viento, manos cálidas sentían rosar mis mejillas, el sol ya asomaba con un rojizo atrevido tan cerca mío que me hizo ver a los cerros espejos brillantes, como gemas multicolor.
Mis manos apretadas en la alfombra, me distraje con un Ángel con alas tan doradas que tropecé en un jardín repleto de violetas, tome fuerzas y me lleve un almendro en flor por delante, en ese instante me desperté; estaba sobre la alfombra desgastada que había tejido mi abuela, que yo adoraba por sus hilos plateados con hebras de amor.
¿Habré viajado…
MABEL HURTADO.
Este nuevo amanecer de un verano eterno, tome fuerzas, me encomendé a Dios y subí a mi alfombra que decía en llamar Mágica.
Empecé mi viaje, entre nube y nube me encontré con mis amigos, reímos, nuestras manos hacían piruetas cual bailarina danza en el salón dorado del mejor teatro.
Toque suavemente cada color del arcoíris, seguí volando, mis cabellos al viento, manos cálidas sentían rosar mis mejillas, el sol ya asomaba con un rojizo atrevido tan cerca mío que me hizo ver a los cerros espejos brillantes, como gemas multicolor.
Mis manos apretadas en la alfombra, me distraje con un Ángel con alas tan doradas que tropecé en un jardín repleto de violetas, tome fuerzas y me lleve un almendro en flor por delante, en ese instante me desperté; estaba sobre la alfombra desgastada que había tejido mi abuela, que yo adoraba por sus hilos plateados con hebras de amor.
¿Habré viajado…
MABEL HURTADO.
No hay comentarios:
Publicar un comentario