Hay palabras que hacen temblar.
Quisiera ser ave, para poder volar,
acercarme a Dios
suplicarle que perdone
mi afanoso deseo de transformación,
quisiera tener alas...
para poder cobijar a tantos seres
que como yo lo necesitan,
quisiera pedirle al cielo buenas nuevas.
¡Busta ya!... de penas y desatinos
también pediría horas sin tiepo
y un espejo
que devuelva, sin esfuerzo, los sueños y las sonrisas.
Hastiada de soledad, miedo y desamor
pierdo mi ilusión y no tengo ya
demasiado tiempo...
Los hijos del viento
sacuden mi rostro
con historias de un pasado carente de caricias,
de amparo.
Frente al mar imponente, majestuoso
las olas rompen embravecidas,
levantan vuelo enérgicamente
y yo quisiera
mantener los brazos en alto
beber la altivez abarcando las profundidades
superando las bajezas del mundo...
mágicamente quisiera ser yo también
hija del viento...
Mabel Hurtado.
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