Sube como un manto de lluvia
la tristeza…
Se desprende del cuerpo cual velo
su transparencia
Busca en el horizonte
el amanecer eterno
Siempre la tan ansiada búsqueda…
Escapa de las tinieblas
esas que empañan el alma.
Y la vuelven gélida…
El corazón vuela con su mente
bebe la savia de la creación
inspirado en los rojos, anaranjados
y azulados, que se visten los jardines
en primavera…
Aun sabiendo que llevamos
a cuesta el vacío
mendigando a la sombra
la otra cara…
Mabel Hurtado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Me gustó mucho lo de los duendes.
ResponderEliminar